Sonic Temple es el cuarto disco de estudio de
The Cult, lanzado el 10 de abril de 1989 a través de Beggars Banquet y Sire Records. Grabado entre septiembre y noviembre de 1988 en los Little Mountain Sound Studios de Vancouver, fue el primer trabajo del grupo con el productor
Bob Rock, quien más tarde repetiría con ellos en discos como Beyond Good and Evil, Choice of Weapon y Hidden City.
El álbum marcó un punto de inflexión para la banda británica: supuso la despedida de su bajista de toda la vida, Jamie Stewart (que se marcharía en 1990), y la llegada del batería de sesión Mickey Curry. Previamente, las demos del disco se habían grabado con Eric Singer (Kiss) y Chris Taylor (Rock and Hyde), aunque finalmente Bob Rock optó por contar con Curry para la grabación definitiva.
Musicalmente, Sonic Temple continuó la senda hard rock y heavy metal de Electric (1987), pero con un sonido más ambicioso, incorporando matices de arena rock, blues e incluso elementos progresivos. La guitarra de Billy Duffy adquirió un protagonismo renovado, con influencias claras de Mick Ronson, Thin Lizzy, Mick Ralphs o Jimmy Page, mientras que la voz de Ian Astbury alcanzaba su máxima expresividad dejando cortes épicos.
El álbum incluye algunos de los himnos más reconocibles de The Cult, como “Fire Woman”, “Edie (Ciao Baby)”, “Sun King” o “Sweet Soul Sister”, todos editados como singles entre 1989 y 1990. Con una duración total de 52 minutos, se convirtió en un clásico del hard rock de finales de los ochenta, consolidando a The Cult en escenarios de gran formato y tambien en las listas de ventas internacionales.
La portada, que muestra a Duffy empuñando su Les Paul frente a un fondo rojo y verde con la silueta de Astbury, buscaba representar “la esencia de lo que se siente al tocar un powerchord” o un acorde con quintas como se le dice por aquí. Una imagen icónica para un álbum que definió la identidad visual y sonora de la banda en su etapa de mayor éxito.
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